SLIABC: 20

Capítulo 20. Mi amada esposa. Por si acaso... ¿Cuántas veces más deberían hacerlo?

En la ciudad Wuyue se encuentra el más grande mercado fantasma del clan demoníaco: Pabellón Linye. En este lugar se pueden comprar y vender esclavos, asesinar personas para obtener sus almas y subastar tesoros prohibidos. Este pabellón es grande y alto, construido con oro, plata y sangre humana. Las tres razas: humana, demoníaca y monstruosa; pueden entrar y salir siempre y cuando no le tengan miedo a la muerte.

Este mercado fantasma, al que solo los más desesperados se atreverían a entra, se ha convertido en un lugar precioso, el cual Chu Sining ha arreglado personalmente para que Xuan Qing pueda cuidar a su bebé.

Las cuatro paredes del pabellón están talladas con el tótem de fénix, los ladrillos de jade blanco son lisos y brillantes, y en cada esquina sobresale una cabeza de dragón, cuya boca sostiene con cuidado una perla nocturna del tamaño de un puño, iluminando el pabellón Linye de tal modo que parecía que estabas en un cielo blanco con resplandores dorados y azules.

En cuanto Chu Sining atravesó la puerta del vestíbulo, la puerta del Pabellón Linye ya estaba rodeada de cultivadores demoníacos arrodillados frente a esta. Además de estos cultivadores, no se veía ni una mosca.

—Informando a la señora, este lugar se llama Pabellón Linye. A partir de ahora, será un lugar para que se divierta y descanse. —La dependienta del pabellón Linye tomó la iniciativa de caminar frente a Xuan Qing, hizo una reverencia y dijo—: Si necesita algo, no dude en pedírselo a esta subordinada. Mi apellido es Ye, mi nombre completo es Ye Wushuang.

Xuan Qing se paró a un lado de Chu Sining y trató de no mirar a la mujer. Miró a su alrededor y enderezó su cuerpo con calma.

—¿Entonces este lugar es el pabellón Linye? Ah, ¿por qué no hay nadie?

De hecho, ya había escuchado de este lugar cuando indagó sobre el mercado fantasma. Una vez juró que cuando tuviera dinero, vendría en secreto al pabellón Linye a apostar en grande; pero nunca tuvo el dinero suficiente para permitirse venir.

«Nunca pensé que algún día entraría a este lugar de una manera tan descarada».

Chu Sining lo miró mientras abría su abanico para ocultar su sonrisa.

—Yo lo arreglé de esta forma. Si te gustaría que sea más animado, pídeles que abran las puertas mañana para darle la bienvenida a los clientes.

—No estaría mal, me gusta el bullicio. —Xuan Qing escudriñó el salón con decoraciones doradas y su mirada se posó en la mesa de juego colocada en el centro, lo que le provocó una leve picazón—. Está bien, ahora que tienes tiempo libre, ¿por qué no me acompañas y jugamos unas partidas de cartas?

Al pronunciar estas palabras, todos los cultivadores demoníacos en el salón contuvieron la respiración y miraron de reojo a Chu Sining. 

Al ver la expresión en sus rostros, Xuan Qing pensó que había dicho algo malo, frunció el ceño y se le acercó con las manos a la espalda.

—¿Qué pasa?

Chu Sining guardó su abanico plegable y miró a Ye Wushuang. Sonrió con suavidad.

—¿Qué haces ahí de pie? Las órdenes de mi Furen equivalen a mis órdenes.

—¡Sí!

La mesa de juego comenzó a prepararse. Xuan Qing tomó casualmente una silla y se sentó, entonces Ye Wushuang –a su lado– lo miró, sin saber cómo decirle lo que tenía en mente.

—Furen, ese... ese el asiento del honorable señor.

Xuan Qing enarcó una ceja y golpeó con la mano la mesa de naipes.

—¿Cómo es posible que en cada lugar en donde me siento resulta ser del honorable maestro?

Cada vez que quería sentarse en algún lugar, sin duda se sentaría precisamente en el asiento de Chu Sining. Pero, ¿no se supone que los asientos del honorable maestro también son suyos?

—Furen puede sentarse donde quiera. —La mirada de Chu Sining rozó el rostro de Ye Wushuang y entrecerró los ojos—. Que no haya una próxima vez.

Las gotas se sudor cubrieron su frente en un instante. Ye Wushuang se apresuró a responderle y le ordenó a sus subordinados que sirvieran frutas y pasteles. 

Su nivel demoníaco no es tan alto, lo cual ha hecho que ella se sienta más frustrada que nadie. Sin embargo, a lo largo de los años, ella es de las pocas que ha logrado sobrevivir gracias a su trato cuidadoso y prudente. Si hoy sirve bien a la esposa de su señor, entonces tendrán buenos frutos para comer en el futuro.

Xuan Qing tomó un trozo de pastel de osmanthus sobre el plato de jade y se lo metió a la boca, asintió con la cabeza en señal de satisfacción y luego, a la vista de todos, le pasó las sobras a Chu Sining, quien está sentado frente a él.

—Está delicioso. ¿Te gustaría probarlo?

«¿Te gusta actuar como un buen hombre, verdad? ¡Quiero ver si te atreves o no a comer esto!».

Chu Sining miró el trozo de pastel de osmanthus al que le faltaba una esquina, sonrió con dulzura, se levantó y lo tomó con una mano.

—Temperamento infantil.

Los ojos de Ye Wushuang miraron alternando entre ambos, posándose finalmente en el rostro de Xuan Qing.

Resulta que este es la esposa de su honorable señor, del que se rumorea que es capaz de usar su cuerpo mortal para asesinar cultivadores demoníacos... ¡Es extraordinario!

Si bien la señora no tiene una belleza deslumbrante como la que se espera en el mundo del cultivo, si tiene una tipo de atractivo distintivo; especialmente frente a Chu Sining, mostrando un comportamiento elegante e inamovible, con un tono condescendiente, airado, encantador y pretencioso con un poco de arrogancia. Este temperamento tan único lo hace muy diferente a los demás.

Ella lo miró discretamente por un tiempo, pensando en que su rostro se le hacía conocido, pero no lograba recordar en dónde lo había visto.

—Tengo una gran mano, no podrás ganarme. ¡Paga! 

...

—He vuelto a ganar, ¡paga, paga!

Cuanto más jugaba Xuan Qing, más sueño le daba. Delante de él ya estaba lleno de fichas; no sabía si era debido a que Chu Sining cedió intencionalmente ante él o si fue porque tenía una mano muy fuerte. Jugaron póker toda la noche y ganó todas las partidas.

¿Qué sentido tiene ganar siempre? ¿No dicen en las novelas que las mesas de juego son excitantes y emocionantes? ¿No dicen que si no tienes cuidado, perderás todo tu dinero? Casi se queda dormido de tanto jugar.

A media noche, Xuan Qing tenía tanto sueño que sus ojos luchaban por no cerrarse. Apoyó su barbilla en una mano y tiró todas las cartas que tenía en la mano.

—Ya no voy a jugar, ya no quiero jugar más. Tengo sueño.

Chu Sining se levantó como su hubiera esperado esto, levantó la barbilla hacia Ye Wushuang y dijo con voz grave:

—Ve arriba de inmediato —sus palabras tenían un significado oculto—, y prepara una habitación.

Ye Wushuang captó al instante lo que quería decir y respondió con la cabeza gacha:

—Esta subordinada entiende.

A media noche, Xuan Qing estaba acostado sobre la mesa de juego, durmiendo profundamente, cuando recibió una suave palmada en la cara.

Un aliento helado como el invierno perforó hasta su médula ósea. Xuan Qing abrió los ojos –aún aturdido– y se encontró con los ojos de Chu Sining que parecían brillar pero no sonreír.

—Furen, vaya a dormir a la cama. —Chu Sining se inclinó un poco, sujetando los mechones sueltos de la frente de Xuan Qing para peinarlos por detrás de su oreja. Con una voz tan suave que parecía ser capaz de ahogar a alguien, pregunto—: ¿Te llevo a la cama?

Xuan Qing no respondió. Inexplicablemente tenía una sensación de mareo, inclinó la cabeza para mirar por la ventana, queriendo ver qué hora era, pero la ventana estaba completamente oscura.

No hay luna en la ciudad Wuyue, ni luz en el exterior, solo hay una oscuridad que es capaz de engullirlo todo.

—¿Furen? —La llamada grave de Chu Sining llegó a sus oídos.

Xuan Qing quería decirle que no necesitaba su ayuda, pero se sentía tan cómodo que le daba un poco de pereza levantarse.

Después de pensarlo, se limitó a extender los brazos y dejar que lo levantara; de todos modos, Chu Sining no le haría daño, por lo que sería un desperdicio no aprovechar su actitud servicial.

El brillo en la mirada de Chu Sining se incrementó, lo levantó con facilidad y lo llevó en brazos al segundo piso.

Cada vez que pisaba un escalón, los labios de Xuan Qing parecían pegarse a su oreja, permitiendo que la cálida y suave respiración tocara su piel. A veces, también torcía su cuerpo para acomodarse, de modo que se anidaba contra él para sentirse más cómodo. De verdad había bajado su guardia contra él.

Chu Sining se paró frente a la puerta de la habitación y vio que Xuan Qing ya se había dormido sobre su hombro. Miró con indiferencia a Ye Wushuang, quien custodiaba junto a la puerta, y preguntó en voz baja:

—¿Está todo listo?

Ye Wushuang asintió con prisa.

—Mi honorable señor, todo ha sido preparado según sus órdenes.

Chu Sining dejó de mirarla y llevo a Xuan Qing dentro de la habitación; la puerta detrás de él se cerró silenciosamente por alguien.

—¿Sigues dormido?

A Xuan Qing le picaba la cara y apenas abrió los ojos, vio que la mano de Chu Sining le acariciaba con delicadeza el rostro.

«¿Qué haces? ¿Qué es este alboroto tan tarde?».

Chu Sining se rio y usó sus dedos para juguetear con sus orejas.

—Tengo algo que decirte. Tú y yo estamos casados y debemos dormir en la misma habitación, pero he estado demasiado ocupado con la administración del clan demoníaco que he sido descuidado con esto. ¿Por qué no hoy...? —dijo, jugueteando con la ropa de Xuan Qing. La intención es obvia.

Xuan Qing apartó su mano, impaciente.

—No me toques. Quiero dormir.

Xuan Qing se enoja cuando no duerme lo suficiente por lo que, no importa si se trata del honorable señor del clan demoníaco o quien sea, él se enojará de igual forma.

Al oír esto, Chu Sining suspiró como su hubiera sufrido una gran perdida, pero susurró:

—Está bien, entonces duerme.

Lo dejó sobre un mullido sofá y cuando se levantó, vio que había un trozo de carta en su mano.

El papel de la carta está impregnado en una fuerte energía espiritual, la cual quemó la palma de Chu Sining en cuestión de segundos, como si fuera un fuego furioso.

«¿Por qué tengo que hacer esto yo mismo? ¿De qué me sirven todos mis subordinados? Inútiles».

Chu Sining leyó cada palabra de la carta, sonrió y usó su poder demoníaco para quemarla hasta convertirla en una voluta de humo.

«Shen Yuheng, oh, Shen Yuheng... Parece que esta es una carta de felicitación por su boda, pero parece haber añadido en secreto energía que puede proteger a Xuan Qing. ¿Quién haría esto por un Shidi ordinario? ¿Los buenos hermanos harían algo así el uno por el otro?».

Él no lo cree.

La mirada de Chu Sining se tiñó gradualmente de un toque de frialdad, pero pronto volvió a la normalidad, inclinó la cabeza para ver la varilla de incienso medio quemada en la habitación y dijo con tranquilidad:

—Ya se durmió, puedes pasar.

Un momento después, la puerta de la habitación se abrió de un empujón.

Chen Zun fue escoltado a la habitación por Ye Wushuang, le pateó la rodilla y cayó arrodillado frente a Chu Sining.

—Dije que la medicina que te di no es falsa, ¿qué más quiere? —La cara de Chen Zun estaba magullada y maltrecha, era obvio que ya había soportado algunos golpes severos—. Chu Sining, si no fuera por tu linaje de sangre, no te ayudaría en lo más mínimo.  Además de mí, ¿quién más estaría dispuesto a darle medicina cada mes a un desalmado de sangre fría y sin corazón como tú?

Chu Sining no pronunció ni una palabra, solo se sentó con mucha calma en su silla y jugueteó con su anillo de hueso durante un buen rato antes de que finalmente lograra mirarlo con indiferencia.

—En cuanto a la medicina, olvídalo.

Al oír esto, Chen Zun se quedó helado y comprendió rápidamente lo que quería decir, soltando una fría carcajada.

—Me vas a rogar de nuevo, ¿verdad?

Chu Sining se levantó y se acercó a la cabecera, acariciando suavemente el rostro de Xuan Qing con el dorso de su mano mientras susurraba:

—No  voy a rogarte, voy a obligarte.

Chen Zun apretó los diente, pues odiaba no poder zafarse de las ataduras de Ye Wushuang y le lanzó para intentar luchas con él, pero tenía claro que con su fuerza, no podía luchar contra Chu Sining e incluso no era rival para Ye Wushuang. Chen Zun solo pudo aguantar y decir una palabra entre dientes:

—Habla.

Viendo que tenía clara su situación, Chu Sining asintió con la cabeza satisfactoriamente y dijo:

—No es nada importante, solo quería que vinieras a ver a mi amada esposa.

Chen Zun: “¿...?”.

—¿Estás seguro de que no estás loco?

«¿Qué tiene que ver conmigo su amada esposa?».

Chu Sining, pensativo, arropó a Xuan Qing con un edredón y dijo despacio:

—Tiene pocos días de embarazo. Quiero que le tomes el pulso y me digas cómo está.

«Resultó ser por el bebé».

Chen Zun comprendió y resopló con desdén.

—Pensé que habías sido hechizado por un humano, pero ahora me doy cuenta que eres capaz de lo que sea con tal de cumplir tus objetivos.

Chu Sining se rio con suavidad.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Estás celoso de que tenga una familia feliz?

Chen Zun quería estrangularlo. Después de un tiempo, dijo con saña:

—Si un día se enamoran perdidamente y él se entera de todas las cosas que has estado haciendo a sus espaldas, te desearé un feliz matrimonio y una familia rota.

Una vez que terminó de hablar, la sonrisa de Chu Sining se desvaneció y acarició el rostro de Xuan Qing con despreocupación.

—Entonces tendrás que esperar a ese día, por ahora tómale el pulso.

Chen Zhu respondió hondo y se acercó a Xuan Qing, frunciendo ligeramente el ceño. ¿Por qué este rostro le parecía un poco familiar? Se parecía a alguien de la secta Yuanlu, como si fuera el Shidi de alguien, pero no podía recordarlo.

Estiró su mano y la puso sobre la muñeca de Xuan Qing, cerró los ojos y sintió su pulso por un momento. 

—Su pulso es estable y fuerte, su esposa debería ser tener la energía la suficiente para dar vueltas en la cama —susurró—. En cuanto al niño...

La respiración de Chu Sining se estancó, esperando en silencio las palabras de Chen Zun.

Chen Zun frunció el ceño con fuerza, abrió los ojos de golpe y preguntó:

—¿De verdad tuviste sexo ese día?

En la cara de Chu Sining rara vez aparecía una expresión de confusión.

—Por supuesto.

—Tú... —Chen Zun tosió, miró a Ye Wushuang que estaba detrás de él y bajó el tono de su voz—: ¿Estás seguro de que eyaculaste adentro de él?

El rostro de Chu Sining se ensombreció al escuchar su pregunta.

—Claro que sí, ¿cómo podría no saber eso después de hacerlo durante una noche? ¿Qué sospechas?

—¿Una noche? Qué extraño. —Chen Zun lo miró de arriba a abajo con suspicacia—. Según su pulso, no está embarazado.

Al ser visto de esa manera, los dedos de Chu Sining se apretaron cada vez más y se vio obligado a soltar una fría carcajada.

—Eso es imposible. A menos que, las lágrimas de Nuwa que me diste hayan sido falsas.

—¿De verdad crees que te vendería medicina falsa? —Chen Zun estaba ansioso, así que se levantó y comenzó a discutir—: ¿Por qué no piensas en que... eres infértil?

Chu Sining: “...”.

—Ven aquí. —Chu Sining agitó la mano con indiferencia—. Mátalo de una vez.

Chen Zun de repente entornó los ojos y se alejó de Ye Wushuang, la cual se había acercado para agarrarlo.

—Espera, puede ser que me haya equivocado. Lo intentaré de nuevo.

Chu Sining lo miró con frialdad, pero como es un ser magnánimo, le dio otra oportunidad. Aunque también quería demostrar que no era infértil.

Chen Zun se secó el sudor con la manga y extendió la mano para sondear la muñeca de Xuan Qing, un momento después, miró a Chu Sining como si hubiera entendido algo.

—Ya veo, casi no se siente el pulso porque lleva poco tiempo de embarazo. Si lo intento de nuevo en los próximos dos días, debería poder sentir el pulso.

Eso es posible.

Chu Sining arrugó la frente y miró a Xuan Qing dormido, entonces se inclinó para mirar su vientre.

—Te quedarás aquí los próximos días y revisarás su pulso a diario.

—Está bien. —Chen Zun se tocó la punta de la nariz y dijo en voz baja—: Pero aún así te sugiero que si no estás tan seguro, ¿por qué no tiene relaciones sexuales unas cuantas veces más? Tal vez sea por tu inexperiencia que no buscaste la posición adecuada para una buena...

—¡Lárgate!

Chen Zun quería decirle un montón de cosas que había guardado en su corazón, pero se alejó felizmente. ¿Quién podría haber pensado que un rey demonio tan cruel, vicioso, perverso y desenfrenado no solo era virgen, sino que además le pidió a sus subordinados que le trajeran un libro de imágenes pornográficas un día antes de su boda?

¿Quién le pidió que trajera un afrodisíaco para embarazar a un hombre?

Tan pronto como Chen Zun se marchó, Chu Sining miró a Xuan Qing acostado en el mullido sofá y su mente se llenó de las tonterías que le dijo Chen Zun.

Y si realmente fue por su mala habilidad...

Si en verdad fue su culpa, por si acaso... ¿Cuántas veces más deberían hacerlo?

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