SLIABC: 18

Capítulo 18. Pequeño terco; ¿qué tipo de persona le gusta a Shen Yuheng? 

Detrás de la montaña, en la residencia del Espadachín Inmortal, una brisa soplaba por la montaña, trayendo consigo el dulce aroma de la tierra.

El manantial de la mañana borboteaba en el bosque de bambú, atravesaba los escalones de piedra cubiertos de musgo y se fundía con la cascada del acantilado que conducía directamente a la base de la montaña. Las sombras de los bambúes oscurecían el sol abrasador y el canto de los insectos y las aves era más hermoso que el de la cítara y la flauta. Xie Chen se sentó a la sombra a descansar, tomó la tetera y bebió un buen trago. Inmediatamente se sintió reconfortado y el frescor del agua de manantial le endulzó el corazón.

En cuanto vio la tierra de la montaña trasera, le pareció que todas las dificultades que había sufrido hasta entonces habían valido la pena.

Xie Chen miró a su alrededor y no podía creer que aquella tierra fértil que le pertenecía fuera de su pequeño terreno de un 
tercio de acre Aproximadamente 1,350 metros cuadrados.
. En las novelas agrícolas, los jóvenes esposos iban a las montañas a abrir terrenos baldíos. Grandes extensiones de maleza crecían en la tierra amarilla y le costó mucho esfuerzo cultivarla.

La montaña trasera estaba plantada de osmanthus, cuya fragancia parecía haber empapado toda la montaña de néctar, y el arroyo fluía entre los grupos de dientes de león. Xie Chen, emocionado, se alejó de Shen Yuheng, trotó hasta arrodillarse frente al campo, expandiendo las manos y cavó la tierra dos veces, descubriendo algunas hierbas espirituales que se estaban pudriendo poco a poco. ¡De verdad es tierra fértil!

—¿Quién cuidaba de esta tierra? —Xie Chen miró a Shen Yuheng con entusiasmo. Su rostro aterrador, resultaba sorprendentemente agradable ahora mismo—. ¡La cocina muy bien, la cocina muy bien!

Shen Yuheng no esperaba que le gustara tanto. Se tocó la punta de la nariz y dijo en voz baja:

—Originalmente se usaba para tirar las hierbas que no querían en el consultorio Yaoxian y, nadie se había hecho cargo de ella.

La secta Yuanlu se construyó en una montaña inmortal, con una potente energía espiritual y un excelente feng shui. Como no se podía agotar todas las hierbas y frutas, ya que estas no estaban frescas, solo podía tirarlas allí. Con el tiempo, este lugar se convirtió en una tierra fértil: solo necesitó usar un poco de energía espiritual para limpiarlo.

Xie Chen no le hizo ni caso. Su mente estaba llena de lo que debía plantar.

«Santo cielo, dará una buena cosecha, ¿verdad?».

—Por favor, ayúdame a encontrar algunas semillas. Necesito semillas de caqui y de calabaza...

Antes de que Xie Chen terminara de hablar, Shen Yuheng lo interrumpió.

—Tang Chun’an te traerá algunas. Si necesitas algo más, ve al consultorio Yaoxian y pídeselas al viejo Li. Pero, no lo vayas a molestar cuando esté atiendo a alguien.

Xie Chen se acercó con obediencia y lo miró con ojos brillantes.

—Gracias.

Al encontrarse con esos ojos claros y limpios, la culpa le invadió de nuevo. Shen Yuheng apartó la mirada y dijo con voz débil:

—No tiene nada que ver conmigo. Si quieres dar las gracias a alguien, date las gracias a ti mismo.

Si Xie Chen no hubiera salvado a Shen Hui, no habría hecho esto. Además, aún le debía mucho a Xie Chen y, en cualquier caso, no era él a quien debía agradecerle.

Shen Yuheng observó la frágil figura de Xie Chen un rato, y luego apartó la mirada poco a poco para después irse. Al menos, Xie Chen sería una salva en la secta Yuanlu. En cuanto al niño, se encontraría una solución.

—Hola.  —Cuando Xie Chen se recuperó de su emoción, vio que alguien se había parado detrás de él. Xie Chen se giró y vio a Tang  Chun’an, quien sostenía una caja de bambú con comida y posaba junto al árbol—. ¿No es A Chen? Eres el primer cultivador demoníaco que regresa con vida después de que Shen Yuheng lo persiguiera.

Xie Chen se llevó las manos a la cintura y resopló.

—¿Cuándo me persiguió? Más bien me rogó. ¿Sabías que Shen Yuheng me imploró que volviera?

Los dos se sentaron a la sombra del árbol, comiendo el fragante pollo con hojas de loto que Tang Chun’an había comprado en la posada al pie de la montaña. Cada uno sostuvo una pierna de pollo y la masticó.

—¿Escuchaste que salvaste a alguien? —Tang Chun’an había salido a una misión ayer, y al regresar, se enteró de la gloriosa hazaña de Xie Chen. No pudo evitar darle una palmadita en el hombro y decir con alegría—: A partir de ahora, eres uno de nosotros.

Xie Chen le apartó las grasientas manos y dijo con desdén:

—¿Te has limpiado las manos?

Tang Chun'an tosió secamente, sacó un pañuelo y secó las manos. Luego, emocionado, se acercó y preguntó:

—Por cierto, ¿sabes a quien salvaste?

—No, pero no me importa; solo es un discípulo de la secta Yuanlu. Es un asunto sin importancia, no tienen que agradecerme. —Xie Chen no creía que su ayuda hubiera sido muy útil. Si hubiera estado alguien más, hubiera dejado que otros lo hicieran, después de todo, puede ver morir una vida delante de sus ojos, ¿verdad?

Al escuchar sus palabras, Tang Chun’an se impresionó aún más.

—Hay una gran diferencia entre los cultivadores demoníacos. Sería genial si todos los cultivadores demoníacos del mundo fueran tan amables como tú.

Xie Chen se sintió un poco avergonzado por el elogio y se sonrojó.

—Los de la secta Yuanlu también son muy buenos. Sabe que soy un cultivador demoníaco y aún así juega conmigo.

—No, no, solo yo juego contigo. Los demás aún se mantienen al margen y te siguen tratando como un cultivador demoníaco.

—Oh.

Tras comer y beber lo suficiente, Xie Chen tomó la azada y le pidió a Tang Chun’an que le ayudara a arar la tierra.

Tang Chun’an se lamentó y tomó la azada con resignación.

—Antes de subir a la montaña, cultivaba. ¿Por qué no puedo hacerlo ahora? Eres muy amable. ¿No dijo Shen Shixiong que podías tener lo que quisieras? Sería genial que pidieras dinero.

—¿Dinero?

«¿De qué sirve que pida dinero? ¿Acaso Shen Yuheng me dejará bajar de la montaña si no tengo nada qué hacer?».

Como si se diera cuenta, Tang Chun'an se dio dos cachetadas y dijo con una sonrisa irónica:

—No se me da bien hablar, así que haz como si no me hubieras oído.

Xie Chen agitó la mano sin tomarlo en serio. De repente, pensó en el hombre ensangrentado de ayer y preguntó con curiosidad:

—¿Está estable la herida de ese discípulo? 

—Está estable —respondió Tang Chun’an mientras blandía la azada—. He oído que, al despertar, gritó que quería ir al campo para entrenar. El físico de la Etapa de Alma Naciente no es común y se recupera muy rápido, probablemente sus heridas sanarán en mes y medio. Si fuera yo, podría quedar paralizado durante medio año.

Al oír esto, Xie Chen se sintió un poco aliviado.

Resulta que la persona que lo salvó era muy poderosa. Sin embargo, para que un discípulo tan brillante de la Etapa de Alma Naciente resultara tan gravemente herido, tuvo que enfrentarse a un enemigo muy poderoso.

El mundo de los cultivadores inmortales es muy peligroso. Por suerte, ha conseguido un terreno, y plantar verduras es más seguro que salir a luchar contra los demonios y entrenar para subir de nivel.

Xie Chen sacó del bolsillo una bolsa de semillas de hierbas espirituales que Tang Chun’an le había dado hacía poco. Se llama
Chang Ming Tian長明天 (Cháng míngtiān): Lit. Mañana eterna.

Este es un nombre es inventado, pero la hierba se parecería a la menta.
y, según decía, curaba heridas, pero no sabía si podría cultivarla. Estas hierbas espirituales podrían serle útiles en algún momento, así que tenía que cultivarlas bien.

Los dos araron la tierra todo el día hasta que se puso el sol. Estaban exhaustos, por lo que se acostaron bajo el osmanthus y bebieron el agua del arroyo.

—Por cierto, déjame preguntarte una cosa. —Xie Chen secó la cara—. ¿Shen Yuheng tiene novia?

Esta pregunta surgió de la nada, pero era algo en lo que Xie Chen llevaba pensando desde hace un día.

Lo había pensado bien. Ahora que tiene su propia tierra, no pensaba irse de este mundo tan rápido como había planeado antes. Shen Yuheng sin duda encontraría la manera de encargarse del niño y él solo tenía que concentrarse en completar su misión.

Tang Chun’an, atónito por la pregunta, pensó un momento y negó con la cabeza.

—No lo sé. Shen Shixiong es muy exigente. La última vez que una cultivadora le envió pasteles, se quedó de que eran demasiado agridulces y se burló de ella diciendo que debía practicar primero sus habilidades culinarias antes de enviarle comida. La señorita se enojó tanto que estuvo a punto de golpearlo. Las palabras “cariñoso” y “Shen Shixiong” no pueden ir juntas.

Xie Chen imaginó de inmediato esa escena. Sí, era algo que la boca venenosa de Shen Yuheng podía decir.

«¿Cómo puede hablar así alguien que es buena persona?».

Tang Chun’an pensó un momento y, de pronto, le dio una palmadita en el hombro y lo consoló:

—Pero no estás completamente perdido. Creo que Shen Shixiong te trata diferente.

—... ¿Qué tiene que ver conmigo? Solo te lo pregunté porque quiero ayudarte a encontrar una novia. La verdad es que no me gusta.  —Xie Chen seguía pensando en su misión. Al fin y al cabo, todavía no podía morir. Si la completaba, no solo podría irse sin problemas, sino que también recibiría su pensión.

Entonces, Tang  Chun’an se interesó, giró la cabeza hacia Xie Chen y se señaló a sí mismo.

—Si no te gusta Shen Shixiong, ¿qué opinas de mí?

Xie Chen lo miró fijamente un rato y respondió con seriedad:

—Tú tampoco.

Tang Chun’an se pellizcó la cara, confundido, y preguntó:

—¿Por qué?

—Cuando te gusta alguien, no te atreves a mirarlo a los ojos.  —Xie Chen ha leído demasiadas novelas y todas tienen un patrón similar. Si de verdad te gusta alguien, sentirás que irradia luz y brillo una simple vista; sin embargo, cuando miró a Tang Chun’an a los ojos, solo vio las lagañas acumuladas.

Tang Chun’an lo miró confundido un rato y replicó:

—Me gustas mucho y no tengo miedo de mirarte.

Xie Chen resopló suavemente y, con aire pretencioso, le pinchó la cara con el dedo y dijo:

—Eres un lujurioso.

Al oír esto, Tang Chun’an pensó un momento y susurró:

—Tiene sentido pero, ¿quién no es un lujurioso? ¿Te atreves a decir que no lo eres?

Xie Chen resopló, demasiado perezoso como para responderle con su lógica retorcida.

—Rápido, vete a dormir. ¿No tienes que exorcizar demonios mañana?

Él no es lujurioso; ha visto a tantos hombres y mujeres atractivas, tanto protagonistas como secundario, ninguno feo, todos despampapanantes.

Pero para tener intenciones obscenas, tiene que ser un genio sin igual, ¿no?

—Entonces me iré a dormir. —Tang Chun’an bostezó .  Para exorcizar demonios, debía dormir lo suficiente todos los días. Antes de irse, se dio la vuelta y dijo en un tono misterioso —: De hecho, es muy sencillo saber si Shen Shixiong tiene a alguien que le guste. Mi secta Yuanlu tiene una habilidad única que puede crear una ilusión sobre los deseos de Shen Yuheng. Si entras y echas un vistazo, todo quedará claro.

Al oír esto, Xie Chen pensó en el rostro de Shen Yuheng y se puso inquieto mientras tragaba saliva.

—Eso no funcionará. Si me descubre, estará acabado.

—¿De qué tienes miedo? Te dibujaré una formación junto al osmanthus. Si Shen Shixiong entra en ella, podremos crear una ilusión. Si no se lo dices, ¿cómo va a saberlo?  —Tang  Chun’an estaba muy orgulloso de su habilidad para crear formaciones. Sin esperar la respuesta de Xie Chen, Tang  Chun’an ya había sacado una rama y había comenzado a dibujar la formación en el suelo.

Cuando terminó, le explicó cómo utilizarla. En cuanto a si Xie Chen se atrevía a usarla, era asunto suyo; Él solo quería saber los chismes sobre Shen Yuheng.

Después de que Tang Chun’an se fue, Xie Chen miró la formación que había desaparecido bajo el osmanthus y suspiró. Esta formación probablemente solo lo engañaría a él; ¿Cómo podría engañar a Shen Yuheng? Es mejor olvidarlo.

Tras cargar una pequeña cubeta de madera para traer agua para el último riego, Xie Chen levantó la cabeza y vio que la niebla de la montaña se había disipado y que la luna llena se cernía sobre el cielo. La tranquila luz de la luna se reflejaba en el centellante arroyo de la montaña, que parecía sacado de otro mundo.

El paisaje de la montaña trasera era tan hermoso que, de pronto, pensó que sería agradable quedarse aquí para siempre.

Secó el sudor de la cara y estaba a punto de soltar la cubeta de madera para descansar cuando, de imprevisto, escuchó el chapoteo del agua.

Xie Chen se detuvo un instante, bajó, soltó la cubeta que llevaba, siguió el sonido del chapoteo del agua y avanzó con cuidado. Al rodear las rocas escarpadas, divisó un lago cristalino escondido en la montaña trasera.

—¿Por qué no lo había visto antes? Habría sido mejor cavar un canal aquí. —Xie Chen murmuró para sus adentros y miró a su alrededor. No vio a nadie, pero se preguntó si el chapoteo que acababa de oír era de un pescado.

Sería aún mejor si hubiera pescado. Era un experto cocinero de pescado. Nadie que lo hubiera probado había dicho que sabía mal, aunque tampoco nadie le había dicho que sabía delicioso.

El clima era cálido y solo refrescaba un poco por la noche. Xie Chen se arremangó los pantalones y se adentró en el lago con gran interés. Si conseguía pescar una o dos carpas, podría reponer fuerzas esta noche.

—Xie Chen, levántate.

En cuanto sus pies tocaron el agua, una voz fría sonó repentinamente a sus espaldas, aterrorizando tanto a Xie Chen que este tembló por completo. Casi resbaló y cayó al lago. Antes de que pudiera llegar a la orilla, lo sacaron del agua por el cuello.

Se giró torpemente y se encontró con el rostro sombrío de Shen Yuheng.

Shen Yuheng colocó a Xie Chen con cuidado en el suelo y le preguntó con frialdad:

—¿No te das cuenta de tu situación o estás estúpido?

Molesto, Xie Chen retiró la mano con desgana.

—¿Qué ha hecho?

El rostro de Shen Yuheng se ensombreció y respondió con burla:

—Entonces eres estúpido. ¿Te atreves a meterte en el agua estando embarazado?

Xie Chen, atónito, respondió con incredulidad:

—Pero si solo tengo dos días de embarazo.

¿Qué le puede pasar al metro en el agua? La posibilidad de que un embrión se ahogue dentro del vientre es equivalente a que un pez se ahogue.

Shen Yuheng frunció el ceño, se quitó el abrigo y se lo tiró a la cara.

—Puedes enfermarte por tocar agua helada. El bebé que llevas en el vientre estará bien, pero tú te resfriarás y sufrirás el resto de tu vida.

El abrigo olía un poco de bambú. Xie Chen levantó el brazo y lo olfató. Olía muy bien, tras un rato, se dio cuenta de que algo no iba bien.

—¿Qué haces aquí? ¿Me estás espiando?

Al oír esto, el rostro de Shen Yuheng se congeló y de repente tosió.

—Solo salí a practicar.

Xie Chen lo miró confundido. Siempre le había resultado extraño que Shen Yuheng apareciera allí. ¿Estaría duchándose? Pero, al ver que su cabello no estaba mojado, era improbable.

—Vuelve rápido si no tienes nada que hacer. Hace frío por la noche, no andes por ahí todo el tiempo. —Shen Yuheng instó fríamente a Xie Chen, dejando claro que no quería seguir con el tema—. La habitación lateral de mi patio ya está lista. Vivirás ahí durante los próximos días.

Al oír esto, Xie Chen abrió los ojos por completo.

—No quiero. Ya había acordado vivir con Tang Chun’an.

No quería pasar todos los días con Shen Yuheng. Ya corrían suficientes rumores y no quería involucrarse demasiado con él, o de lo contrario afectaría al desarrollo de la trama.

—No tienes permiso para vivir con él. —Shen Yuheng frunció el ceño, se presionó la cara y  dijo—: No puedes volver a acercarte a Tang  Chun’an, ¿vas a recordarlo?

La última vez, casi lo engañan y matan a mitad de la montaña, pero aún así se atrevió a juntarse con Tang Chun'an. No aprendí la lección.

—No lo recuerdo. —Xie Chen lo agarró de la muñeca y lo jaló, mirándolo fijamente—. No me hables así. Mañana empezaré a construir una cabaña aquí y estará lista antes de que llegue el invierno. Para entonces, ya no viviré en tu patio, viviré en mi propia casa y será autosuficiente.

Shen Yuheng entrecerró los ojos y al final, perdió los estribos.

—Haz lo que quieras.

Se dio la vuelta y seguí caminando, pero de pronto pareció recordar algo. Se detuvo y miró a Xie Chen con frialdad.

¿Quieres engañarme con una formación de tan bajo nivel? Tómate un tiempo para mirarte la cabeza.

Xie Chen abrió muchos los ojos, mostrando su incredulidad.

—¡Sabía que me espías!

—¿Y qué si te espío? —Shen Yuheng lo miró fríamente, sin disculparse.

¿No estaba confiando en que sabía usar una espada para hacer lo que quería?

Xie Chen estaba tan furioso que quería golpearlo, pero no pudo. Aunque pudiera, nunca había golpeado a nadie en su vida.

Apretó los dientes, miró el osmanthus que no estaba muy lejos y entonces, se agachó con el estómago entre las manos, mostrando una expresión de dolor.

—Ay, me duele mucho el estómago. No me he resfriado, ¿verdad?

Shen Yuheng se detuvo un momento y se río.

—Te lo dije, pero no me hiciste caso, pequeño terco —lo regaño, pero se acercó despacio a Xie Chen.

Justo cuando estaba a punto de ayudarle a levantarse, este se golpeó la cabeza contra él.

—¡Tú eres el terco!

¡Es muy terco, más que una mula, y hasta lo golpeó!

Shen Yuheng estaba aturdido y quiso apartar a Xie Chen, pero recordó que está embarazado, así que retiró la mano de inmediato. Fue derribado por él, con la defensa baja, y se tambaleó dos pasos, a solo un centímetro de la formación.

—¿Por qué...? ¡Estás loco! Solo te dije unas palabras, ¿pero tú corazón es tan frágil?

A solo un centímetro de distancia, Xie Chen apretó los dientes y se abrazó a su cintura. Aprovechando el miedo de Shen Yuheng a lastimarlo, se empujó a sí mismo ya él hacia la formación de bajo nivel de Tang Chun'an.

—¡Llámate y entra!

«¿Cómo puede haber una persona tan repugnante? Quien le guste y esté con Shen Yuheng tendrá mala suerte durante ocho vidas, ¿verdad? ¡Quiero ver qué tipo de persona le gusta!».

Entonces, la luz de la formación se encendió y la niebla dorada los envolvió por completo.

Next Post Previous Post
No Comment
Add Comment
comment url